Ocupan droga, armas y dinero en Garden Hills

En un operativo sin precedentes, efectivos federales y estatales allanaron decenas de residencias en la exclusiva urbanización Garden Hills, de Guaynabo, en un ataque a una poderosa red de narcotraficantes que se sabe opera desde allí.  Durante la acción policiaca conjunta, se ocuparon 25,434 pastillas de medicamentos controlados, 1,850 bolsitas de cocaína, 16,200 bolsitas de marihuana, 500 cápsulas de crack, 45 decks de heroína, 533,333 dólares en efectivo, 10 pistola glock calibre . 40, 40 cargadores y 830 municiones de diferentes calibres.

“Con el arresto de estas personas que viven al margen de la ley y la ocupación de este material delictivo, le devolvemos la paz a estas comunidades y exhortamos a todo aquel que conozca de la comisión de un delito o tiene información valiosa que ayude al esclarecimiento de casos, puede comunicarse a la línea confidencial de la Policía al 787-343-2020 ó a través de la página cibernética, http://www.3432020.com” indicó el Comandante Israel Vázquez, director interino del grupo Los 100.

Se une AEE y AAA al operativo

En una acción concertada, y al observar que muchos residentes de Garden Hills tenían tomas ilegales de agua y de electricidad, las agencias concernidas, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados y la Autoridad de Energía Eléctrica, intervinieron y desconectaron los servicios a cientos de residentes.

Luego del operativo contra las tomas ilegales de luz, podía escucharse por toda la urbanización el constante ruido de las plantas eléctricas.

Residentes indignados

Numerosos residentes de Garden Hills salieron a la calle a protestar la acción de las autoridades, la cual, aseguraron, está dirigida contra ellos como un claro discrimen por su condición de blanquitos y adinerados.

“Parece que si vives aquí no tienes derechos, todo por ser una barriada de gran reputación”, expresó uno de los residentes, a quien le incautaron un Jaguar X-12, un Mercedes, un cultivo hidropónico de marihuana, una Glock y dinero en  efectivo.  «Nosotros somos profesionales, gente decente, pagamos nuestras contribuciones y vamos a la iglesia», continuó diciendo el residente, que no quiso identificarse.